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El pueblo



La nueva comedia de los creadores de "La que se avecina". Así se anuncia esta serie. Debido a las horas muertas que ofrece estar confinado debido a la actual pandemia (Covid-19) que nos ha obligado a estar durante meses sin poder salir apenas de casa, quise darle una oportunidad. Hoy os vengo a comentar mi parecer sobre esta serie.

Sin querer dar más rodeos, esta serie se puede definir fácilmente con un "quiero y no puedo". La idea de la que parte la serie es muy buena, no lo voy a negar, pero no han sabido darle una calidad argumental como para hacer perdurar la serie. Los guionistas y los productores lo sabían, y por eso la serie ha terminado con apenas dos temporadas.

Lo que se va a ver en esta serie es un paseo de varias personas de la civilización metropolitana de la actualidad teniendo que ir, por diferentes motivos, a un pueblo supuestamente abandonado y, seamos sinceros, anclado en el pasado.

Aunque este precepto, unido a la conclusión que se puede sacar del final de la segunda y última temporada puede llegar a ser bonito. "Llegué a este pueblo estando perdido y allí me encontré y rehíce mi vida". Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Además de llevar un argumento más lineal  que los cuadros de Piet Mondrian, durante los tres últimos episodios de la serie se les ha dado una vuelta demasiado artificial a ciertos personajes con la clara intención de que, precisamente en el último capítulo se junten todo para dar un peor final que el de "Los Serrano".

Si este es el nivel de comedia que sabemos hacer en el estado español, vamos apañados. No negaré que hay buenas comedias en el cine, pero eso lo toco en otro blog. En lo que a series se refiere, tenemos mucho trabajo por hacer.

En definitiva, no os recomiendo en absoluto ver esta serie.

La que se avecina

Si ayer contaba alabanzas del doblaje español, hoy toca hablar de la serie española de la que más se suele hablar. No porque sea buena, que no lo es, sino porque tiene bastante repercusión mediática y ha llegado a influenciar a la sociedad a tal modo que algunas coletillas de la serie han traspasado la pantalla y se escuchan en la calle; algo que ya consiguiese en su día su predecesora, Aquí no hay quien viva.

No negaré que veo esta serie, pero desde luego que no seré yo quien diga que es una serie buena; una serie digna de ser vista. De hecho, yo la uso como hilo de fondo mientras hago otras cosas (normalmente jugar a la Nintendo 3Ds).

El argumento de la serie es más bien repetitivo. Una vez consiguieron llevar al extremo a todos los personajes a partir de la segunda temporada (la primera fue un fracaso total que no gustó a la audiencia), la serie entró en un círculo vicioso de la decadencia, haciendo que los gañanes sean cada vez más gañanes, que los perdedores sigan siendo unos perdedores y que la serie pierda cada vez más calidad. Realmente dan ganas de dejar de ver la serie. De hecho, si no la usase para escucharla como si de un audiocuento se tratara mientras juego a la 3Ds, probablemente no habría visto las dos últimas temporadas.

Personalmente, estoy deseando que termine ya la serie; pero todos sabemos ya cómo funciona Mediaset. Todo el equipo de La que se avecina, o al menos parte de él (no tengo muy buena opinión de algunos de los actores y actrices) podría tranquilamente trabajar en productos de mejor calidad, pero mientras la serie genere audiencia, el chicle se seguirá estirando.

En definitiva, una mala serie que, lamentablemente, influye mucho en la sociedad española.

Your lie in April


Esta serie anime la empecé a ver poco después de haber terminado el manga que ya os comenté anteriormente, A silent voice. Cierto es que una alumna me comentó esta serie, por lo que no sabía muy bien con qué me iba a enfrentar.

Me encontré ante una muy buena serie. Me encanta esa combinación de diferentes tipos de animación que se usa a lo largo de la obra, puesto que en los momentos más cómicos el manga se dibuja con un estilo mucho más desenfadado mostrando así visualmente la comicidad del momento.

Una de las cosas que más me sorprendió fue que el protagonista de la historia tuviese gafas. No porque crea que no debiera tenerlas, sino porque pocos son los mangas o animes que he visto en los que el protagonista necesita de éstas. Lo primero que pensé fue la dificultad técnica que ello podría suponer para ciertos ángulos o puntos de vista que las escenas pudiesen requerir; pero enseguida pude percatarme cuán sencilla era la solución.

Del mismo modo que el manga que he comentado en el párrafo primero y a muchas otras obras de manga y anime, su final es bastante abierto. El círculo no se cierra por lo que es normal no querer dar un final a la obra. Que cada espectador valore y piense cómo debería continuar la obra es algo que no es competencia del creador del manga original, Naoshi Arakawa.

Esta serie que ya me está tentando a comprar en su formato escrito, el manga. Se ve que me estoy empezando a aficionar a este género de manga, por lo que estoy abierto a cualquier recomendación que me queráis hacer.

En definitiva, una serie de 22 capítulos, con grandes dosis de emociones que a veces están dispuestas a hacer que nuestros lagrimales se pongan en funcionamiento y en otros momentos lo que conseguirá es que nos riamos mucho por las cómicas situaciones que los alumnos protagonistas de la obra nos brindan.