La que se avecina

Si ayer contaba alabanzas del doblaje español, hoy toca hablar de la serie española de la que más se suele hablar. No porque sea buena, que no lo es, sino porque tiene bastante repercusión mediática y ha llegado a influenciar a la sociedad a tal modo que algunas coletillas de la serie han traspasado la pantalla y se escuchan en la calle; algo que ya consiguiese en su día su predecesora, Aquí no hay quien viva.

No negaré que veo esta serie, pero desde luego que no seré yo quien diga que es una serie buena; una serie digna de ser vista. De hecho, yo la uso como hilo de fondo mientras hago otras cosas (normalmente jugar a la Nintendo 3Ds).

El argumento de la serie es más bien repetitivo. Una vez consiguieron llevar al extremo a todos los personajes a partir de la segunda temporada (la primera fue un fracaso total que no gustó a la audiencia), la serie entró en un círculo vicioso de la decadencia, haciendo que los gañanes sean cada vez más gañanes, que los perdedores sigan siendo unos perdedores y que la serie pierda cada vez más calidad. Realmente dan ganas de dejar de ver la serie. De hecho, si no la usase para escucharla como si de un audiocuento se tratara mientras juego a la 3Ds, probablemente no habría visto las dos últimas temporadas.

Personalmente, estoy deseando que termine ya la serie; pero todos sabemos ya cómo funciona Mediaset. Todo el equipo de La que se avecina, o al menos parte de él (no tengo muy buena opinión de algunos de los actores y actrices) podría tranquilamente trabajar en productos de mejor calidad, pero mientras la serie genere audiencia, el chicle se seguirá estirando.

En definitiva, una mala serie que, lamentablemente, influye mucho en la sociedad española.

House M.D.


Hoy toca hablar de una serie digna de estar en la cabecera del blog. Muchos conocerán esta serie que, junto a otras contemporáneas, probablemente provocó que un grupo bastante considerable de personas quisiese estudiar medicina.

House M.D. es de ese tipo de series que, al igual que Scorpion, no tiene un único argumento por temporada, sino que más bien cada capítulo tiende a ser autoconclusivo. Es una pena, porque si ves muchos capítulos en poco tiempo al final puedes terminar bastante saturado. No obstante, que cada temporada tuviesen únicamente un par de arcos argumentales hubiese sido contraproducente, puesto que la clave de la serie consta en demostrar los grandes contrastes de Gregory House

La serie gozó de ocho temporadas de unos 22 capítulos cada una, con sus altibajos debido a diversos eventos, tales como la huelga de guionistas que hubo en Hollywood entre 2007 y 2008. He de reconocer que nunca terminé de ver la serie cuando se emitía en Cuatro, en cierto modo debido a que no me gusta que me corten cada capítulo con varios bloques de anuncios. Actualmente estoy viendo la sexta temporada, por lo que no creo que tarde demasiado en terminarla.

Como ya he dicho, el protagonista interpretado por Hugh Laurie está lleno de contrastes. Es precisamente este hecho lo que más me atrae de la serie, puesto que es un genio en diagnóstico médico pero parece ser que odia al ser humano, puesto que todas sus relaciones interpersonales son bastante tirantes, exceptuando tal vez su relación con su único amigo el Doctor James Wilson (interpretado por Robert Sean Leonard).

En definitiva, una serie que triunfó en una época marcada en cierto modo por el auge de series temáticas, entre las que destacaron las policiales y médicas. A día de hoy sigue demostrando que es una serie de calidad, a pesar de que hoy en día las series que más triunfan tienen un corte mucho más diferente.