House M.D.


Hoy toca hablar de una serie digna de estar en la cabecera del blog. Muchos conocerán esta serie que, junto a otras contemporáneas, probablemente provocó que un grupo bastante considerable de personas quisiese estudiar medicina.

House M.D. es de ese tipo de series que, al igual que Scorpion, no tiene un único argumento por temporada, sino que más bien cada capítulo tiende a ser autoconclusivo. Es una pena, porque si ves muchos capítulos en poco tiempo al final puedes terminar bastante saturado. No obstante, que cada temporada tuviesen únicamente un par de arcos argumentales hubiese sido contraproducente, puesto que la clave de la serie consta en demostrar los grandes contrastes de Gregory House

La serie gozó de ocho temporadas de unos 22 capítulos cada una, con sus altibajos debido a diversos eventos, tales como la huelga de guionistas que hubo en Hollywood entre 2007 y 2008. He de reconocer que nunca terminé de ver la serie cuando se emitía en Cuatro, en cierto modo debido a que no me gusta que me corten cada capítulo con varios bloques de anuncios. Actualmente estoy viendo la sexta temporada, por lo que no creo que tarde demasiado en terminarla.

Como ya he dicho, el protagonista interpretado por Hugh Laurie está lleno de contrastes. Es precisamente este hecho lo que más me atrae de la serie, puesto que es un genio en diagnóstico médico pero parece ser que odia al ser humano, puesto que todas sus relaciones interpersonales son bastante tirantes, exceptuando tal vez su relación con su único amigo el Doctor James Wilson (interpretado por Robert Sean Leonard).

En definitiva, una serie que triunfó en una época marcada en cierto modo por el auge de series temáticas, entre las que destacaron las policiales y médicas. A día de hoy sigue demostrando que es una serie de calidad, a pesar de que hoy en día las series que más triunfan tienen un corte mucho más diferente.

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