Pokemon Origins


Hace muchos años que dejé de ver el anime de Pokemon de un modo regular. Sin embargo, al tener la aplicación de Pokemon TV en mi iPad, de vez en cuando veo un capítulo suelto de alguna temporada, y he comprobado que cada vez los capítulos me parecen peor guionizados. Cierto es que puede que simplemente haya ido teniendo mala suerte seleccionando capítulos, pero incluso la calidad del dibujo me parece muy mala en la temporada actual de Pokemon Sol y Luna.

Sin embargo, ahí salió la miniserie de Pokemon Origins con motivo del vigésimo aniversario de la franquicia Pokemon. Es una serie de apenas cuatro capítulos en los que se ve de un modo muy resumido lo que podría haber sido la experiencia de cada uno de los jugadores de la primera generación de videojuegos: Pokemon Azul y Rojo. Dicho de otra manera, la miniserie nos trae lo sucedido en Kanto durante la aventura de Rojo y Azul; los protagonistas de dichos videojuegos.

En cuanto a la calidad argumental de la miniserie, me pareció genial. Ser capaz de resumir en apenas una hora lo que los jugadores vivimos a lo largo de muchas más es brillante. Quienquiera que fuesen los encargados de guionizar los capítulos supieron abordar los momentos más importantes del videojuego y dotarlos de grandes dosis de calidad aderezada con detalles de nostalgia.

Sin embargo, el mismo hecho de que sean tan solo cuatro capítulos hace que sea imposible contar más detalladamente todo lo ocurrido durante la aventura de Rojo. Me hubiese gustado ver más detalladamente ciertos momentos que se tocaron de forma casi anecdótica, pero viendo el producto final la verdad es que poco o nada tengo que criticar esas decisiones.

La calidad del dibujo me pareció envidiable. Cierto es que fue una serie especial por el aniversario de la franquicia, como ya he dicho antes, pero personalmente creo que si la serie habitual (la protagonizada por el decepcionante Ash Ketchum) tuviese esta calidad visual y aunque sea un acercamiento a la calidad argumental de Origins terminaría viéndola sin duda alguna.

Por último, personalmente espero con gran fervor que la franquicia Pokemon nos regale otras miniseries de este estilo pero de las diferentes generaciones. Cierto es que ninguna otra generación tendrá el nivel de nostalgia tan alto como el de la primera, pero creo que aquellos jugadores que no empezaron a jugar Pokemon en la primera generación tendrán en más alta estima otras generaciones. Personalmente, la segunda me parece una generación casi tan buena como la primera.

En definitiva, una gran miniserie de la que espero secuelas.

Ataque a los Titanes


Esta serie que hoy os traigo es un anime que ha tenido bastante repercusión. Actualmente dispone de dos temporadas y este año se estrenará la tercera. Sin embargo, si queréis verla doblada, en Netflix de momento únicamente está disponible la primera temporada.

A veces dar oportunidades surge efecto. Este es mi caso con este anime en particular. La verdad es que la temática del anime no me gustaba demasiado, y tras ver el primer capítulo mis expectativas para con la serie no habían mejorado demasiado. Sin embargo, decidí darle cinco capítulos de margen. Y terminé terminando la primera temporada.

Como ya dije en su día, suelo preferir las versiones dobladas al castellano. Es por ello que, como he dicho en el párrafo primero, únicamente he podido ver la primera temporada. Algún amigo ya me ha dicho que cómo se me ocurre semejante atrocidad, que esta serie en concreto se disfruta mucho más en japonés subtitulado. No es con la primera serie que me lo dicen. Yo sigo diciendo que si a día de hoy me ofreciesen One Piece (por poner un ejemplo) medianamente actualizado y en castellano lo preferiría a verlo en japonés.

Aunque el argumento no es muy de mi interés, la verdad es que el misterio que ocupó gran parte de la primera temporada, por no mencionar de paso los momentos dramáticos, permitieron que terminase disfrutando la temporada. Es más, estoy deseando que Netflix saque ya la segunda temporada doblada para poder disfrutarla.

En definitiva, una serie que no se encuentra entre mis favoritas, pero que al igual que La que se avecina (aunque por motivos muy diferentes) me tiene enganchado.